En un viaje de negocios a Hong Kong vio un líquido, el cual basado en una fórmula que contenía cafeína y taurina, causaba furor en ese país.
Sentado en la barra del Hotel Mandarin de Hong Kong, leyó un artículo en Newsweek sobre los hombres que pagaban más impuestos en Japón: ni el presidente de Sony ni el de Toyota sino un tal Taisho aparecía en primer lugar. Fabricaba una bebida llamada Lipovitan, Mateschitz Entonces imaginó la idea de un rotundo éxito de esta bebida en Europa, donde todavía no existía el producto, además de ver una buena oportunidad para convertirse en empresario. Se asoció a un empresario tailandés llamado Chalerm Yoovidhya .